¿El ejercicio cambia la química del cerebro?
En los niños, por ejemplo, la actividad física se asocia con un mejor rendimiento cognitivo, medido mediante pruebas de coeficiente intelectual y rendimiento académico. Los estudios epidemiológicos en adultos mayores muestran que el ejercicio regular reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Y los estudios de imagen confirman que el volumen de serotonina en sangre de los obsesivos y amantes era menor que el de los amantes de sujetos normales. En pocas palabras: el amor y el trastorno obsesivo-compulsivo podrían tener un perfil químico similar. Conclusión: A veces es difícil distinguir el amor de la locura. Los procesos en el cerebro se vuelven más rápidos y eficientes. Las estructuras de percepción sensorial maduran temprano durante la pubertad, pero las áreas de la corteza prefrontal, que nos permiten planificar, priorizar, sopesar los pros y los contras y controlar nuestros impulsos, maduran al final.1 - El movimiento mejora la imagen que tienes de ti mismo. Los músculos y las articulaciones tienen receptores sensoriales que alertan al cerebro cuando te mueves. La relación entre el ejercicio muscular y la salud del cerebro. David Aparicio. Sin embargo, los beneficios para el cerebro realmente comienzan a notarse cuando haces ejercicio regularmente con el tiempo. Los estudios demuestran que las personas que hacen ejercicio varias veces a la semana consiguen, En esta charla, en inglés, con subtítulos en español, la neurocientífica Wendy Suzuki explica cómo el ejercicio físico ayuda a mejorar el estado de ánimo y la memoria, pero también es un buen aliado para proteger nuestro cerebro contra enfermedades neurodegenerativas . . A Bobby Fischer le gustaba simplemente moverse y jugar al tenis antes de jugar al ajedrez. Una tarde en Tucumán, Argentina, el mejor ajedrecista de todos los tiempos abandonó el tablero y las piezas se detuvieron. Los narradores crean comprensión, comparten ideas y transforman momentos entre culturas, en parte porque las historias cambian la química de nuestro cerebro. La ciencia de la narración está prácticamente inexplorada. Lo que sí sabemos es que las historias iluminan diferentes partes del mundo.